Los resultados del proceso de globalización no han potenciado las capacidades económicas de países como México, sino que se han agravado muchos problemas, sobre todo derivado de la retracción de la acción estatal en gran parte de los aspectos sociales.
A un nivel general nuestra propuesta se basa en el reconocimiento de tres aspectos fundamentales:
1. A pesar de que en algunos casos los nodos y la red mundial se beneficien de esta integración productiva, entre ellos existen grandes áreas que no pueden ser incorporadas a sus limitadas capacidades productiva y, sobre todo, adquisitiva, y a la mínima capacitación productiva que no hace posible que se integren al “capital humano” de este nuevo sistema. Además, como ya se mencionaba con anterioridad, en México las ciudades concentran a la mayor cantidad de pobres del país, y que sus procesos de economía informal, violencia y emigración son los procesos más evidentes de la incapacidad del sistema productivo para integrar a estos sectores.
2. Se requiere una intervención estatal más decidida y efectiva para cubrir las grandes áreas sociales que no pueden ser satisfechas por el mercado. Este aspecto es reconocido incluso por los organismos internacionales mencionan la injusta distribución generada por la aplicación irrestricta del modelo neoliberal y proponen medidas para paliar sus efectos mas agresivos.
3. Se deben eliminar los procesos altamente depredadores del medio ambiente y consumidor de recursos naturales. Se deben promover procesos productivos que permitan un modelo de desarrollo sustentable. Evitar que los procesos altamente depredadores no se instalen en países de poca regulación o bajo la fachada de “promoción” de actividades productivas.
Es por estas razones que se requiere un desarrollo regional que supere estas limitaciones conceptuales y permita encontrar soluciones a los problemas de México. Así a partir de dar respuesta a estos elementos básicos planteados, pretendemos construir una alternativa metodológica a través de cuatro ejes:
1. Bienestar: El eje central de toda política debe ser el ser humano y el incremento de sus capacidades, por lo que los indicadores de bienestar serán el criterio a partir del cual debe ser evaluada cualquier propuesta de política. En un país de gran desigualdad como México, la disminución de la pobreza, y las desigualdades territoriales, sociales y económicas serán criterios fundamentales.
2. Regional: La solución de los problemas exige una visión regional que, sin olvidar el alto potencial productivo de las grandes zonas urbanas y las utilice, también integre a análisis de problema y solución las grandes zonas que existen entre los nodos de la red productiva globalizada y que permita una integración regional más equitativa y justa.
3. Equidad: Nuestro objetivo es encontrar un modelo territorial que se corresponda con un proceso económico y social equitativo. No es un territorio equilibrado sino sólo en cuanto se corresponda con la equidad económica y social.
4. Sustentable: Un modelo que se corresponda con la mejores prácticas de conservación de los recursos naturales, para la satisfacción de las necesidades de la generación actual y de las futuras.
En fin lo que se pretende es evitar que existan islas de riqueza en mares de miseria y esto no sólo por una cuestión moral, que a nosotros nos parece suficiente, sino sobre todo por una razón de supervivencia. La exacerbación de los niveles de desigualdad y el incremento de la pobreza puede ser causa de grandes males sociales manifestados en el incremento de la violencia y la incapacidad de gobernar territorios e impartir justicia.
La eficiencia de la gestión de gobierno incluye cambios sustanciales tanto en su estructura y funcionamiento, la creación de instituciones que cuenten con el respaldo social deben surgir de procesos democráticos y de la eliminación de la corrupción.
Los retos son muchos y las alternativas parecen escasas, la complejidad de los problemas exige un abordaje que permita avanzar en el fortalecimiento de la cohesión e integración territorial. La sociedad y el territorio se complejizan y exigen formas y teorías para abordarlas que superen las limitaciones que se han tenido a la fecha.
La acción sobre el territorio debe integrar los elementos más avanzados y que permitan avanzar en nuevas estrategias que resuelvan los problemas no sólo en sus efectos, sino que incidan en las causas estructurales.
La planificación regional, como herramienta técnica-política, tiene la tarea de establecer las condiciones territoriales que permitan satisfacer las necesidades de la población, bajo criterios de equidad, justicia social y sostenibilidad. Es decir, una planeación regional centrada en las personas y en su bienestar, que rebase el mero ordenamiento funcional y que integre una visión del futuro que se aspira alcanzar.