El contexto regional en el que se desarrolla el actual conflicto sirio es básico para entenderlo y situarlo.
La realidad de Irak, el califato que el Estado Islámico pretende instaurar en Irak y Siria, las potencias regionales, los numerosos grupos armados extranjeros que luchan en el país, el papel de las potencias internacionales (especialmente de Estados Unidos y la Federación Rusa),… forman parte del complejo mosaico en el que se ha convertido el conflicto sirio; que, por lo tanto, no se puede entender de manera aislada.
El inicio lo encontramos en Irak, como detonante de la aparición del grupo armado Estado Islámico (IS), que desemboca en Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS). Podemos identificar la ocupación de Irak por parte de Estados Unidos (EEUU) como el punto de partida.
El momento en el que la presencia militar estadounidense se redujo en Irak (hasta la retirada completa del país en diciembre de 2011) propició la reactivación de la violencia por parte de grupos armados extremistas; en un primer momento vinculados a Al Qaeda. La capacidad de las fuerzas de seguridad iraquíes no fue suficiente para combatir la insurgencia. EEUU dejó un estado más cercano a un estado fallido, y muy debilitado internamente a todos los niveles. En este contexto, las insurgencias contra el gobierno establecido por Washington se sucedieron, y debilitaron cada vez más el país. Es en 2006 cuando el vínculo con Al Qaeda se rompe y podemos empezar a hablar de Estado Islámico.
A nivel regional se identifican diferentes actores:
Turquía
Es una potencia regional tanto en el ámbito militar como económico y social, miembro de la OTAN. Es un claro aliado de EEUU en la zona, aunque las relaciones entre EEUU y Turquía no están exentas de tensión en relación a las actuaciones en el Kurdistán iraquí. Turquía se ha posicionado en el conflicto a favor de la oposición a Bahsar al Asad y ha dado refugio a casi 2 millones de sirios. Por otro lado, el país está actuando como plataforma de entrada principal de los refugiados sirios e iraquíes en Europa y aún no ha resuelto un conflicto que ya dura décadas, el del Kurdistán turco, cuya resolución también podría verse afectada por el conflicto en Siria y los acontecimientos en Irak. En el eje geopolítico, el conflicto sirio puede permitir el refuerzo de Turquía como líder de los países islamistas moderados frente a la otra potencia regional, Irán.
Arabia Saudí
Es uno de los grandes poderes económicos de la zona y se está convirtiendo en el contrapoder iraní. En el marco del conflicto sirio apoya la oposición. Este conflicto puede permitir que Arabia Saudí sea una firme candidata en la lucha por la hegemonía regional a la que también optan Turquía e Irán.
Irán
Es una de las grandes potencias energéticas de la región y, junto con la Federación Rusa, es uno de los pocos aliados del régimen de Bashar al Assad. Geográficamente y políticamente, Riad considera Siria como un aliado estratégico en la zona, tanto por su posicionamiento hacia el estado de Israel y el apoyo a Hezbollah, como por las relaciones que han unido los dos países (Siria es casi el único estado aliado de Irán en la zona) y por ser clave en el marco de las influencias y luchas de poder entre suníes y chiíes. Desde este punto de vista, el conflicto sirio se convierte para Irán en el escenario de la lucha de poderes con Arabia Saudí (representante del poder suní).
Más información:
- Segura, Antoni. “La Primavera Árabe y la nueva geopolítica mediterránea”, conferencia en el LINKING MED GULF
- Portero, Florentino. “Irak, tres años después”
- Ramonet, Ignacio. “Geopolítica de las religiones”.
- CIDOB (Centro de Información y Documentación Internacionales de Barcelona)
- Observatori Solidaritat UB. El conflicto de Kurdistán
- Observatori Solidaritat UB. El conflicto de Irak