Las cifras de pobreza, la inseguridad alimentaria, el paro y la no renovación de permiso de residencia por el coste asociado, entre otros, afectan de forma mucho más intensa a las mujeres y, específicamente, a aquellos hogares en los que el cabeza de familia es una mujer. Y es precisamente esta situación de desproporcionado impacto la que provoca que las mujeres refugiadas sean más vulnerables a situaciones de violencia de género (como la explotación sexual, el tráfico de personas, la prostitución forzada, los matrimonios infantiles, la violación, el abuso sexual,…). La vulnerabilidad de las mujeres refugiadas palestinas es aún más exacerbada.

En diversos estudios y publicaciones se identifican elementos comunes que incorporan violencia de género, como son:

  • Limitación en el movimiento de mujeres en espacios públicos por el miedo a abusos sexuales o amenazas de violencia sexual. Muchas familias optan por prohibir o limitar el movimiento de hijas y mujeres ante el peligro de ser molestadas, tocadas,…
  • Violencia sexual por parte de caseros, policías, funcionarios,… Varias ONG han recogido testimonios de mujeres que se han visto sexualmente atacadas o acosadas por caseros (que proponían intercambio de sexo a cambio del pago del alquiler), de policías (especialmente de policías que identifican que los permisos de residencia no han sido renovados),…
  • Incremento de los matrimonios forzados y los matrimonios infantiles. En el caso de las personas refugiadas, los matrimonios infantiles son, en algunas ocasiones, percibidos como una estrategia familiar para «proteger» a la menor de la violencia sexual o como un elemento de mejora de las condiciones económicas (al casar a la menor con una persona con más poder adquisitivo, por ejemplo).
  • Violencia intrafamiliar contra mujeres y niñas. Se han identificado elementos que pueden explicar, en cierta medida, el incremento de esta violencia, como son la limitación o extinción de los recursos económicos, la redefinición de los roles tradicionales y la frustración y el estrés que se deriva de estas situaciones.

Asimismo, según investigaciones realizadas, las mujeres y niñas que han buscado protección internacional en Líbano han identificado múltiples formas de violencia que han impactado, desproporcionadamente, sobre ellas. La inseguridad (tanto en el lugar de origen como durante el tránsito al nuevo lugar de residencia y en la llegada al lugar de acogida) y la percepción de falta de apoyo específico en el acceso a los servicios (ya sea por cuestiones de discriminación o percepción de trato inadecuado) se encuentran entre las explicaciones de este fenómeno.

La violencia contra mujeres y niñas tiene implicaciones tanto a nivel mental como a nivel físico.

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